La celda de Cristo.
Este verano estube en tierra santa, y como es cuaresma, os voy a hablar un poco de lo que sentí y de como es... El sitio que más me impresionó fue este, la casa de caifás.
Este es el lugar que más me impresionó por barias cosas, cuando bajas a las escabaciones de las casas del sumo sacerdote te encuentras unas pequeñas celdas... en las que, segun dicen, estuvo Jesús. Se ven arañazos en las paredes y unas marcas que, segun pruevas que hicieron, hubo sangre... No os podeis hacer a la imaginación, los sentimientos que se tienen estando alli abajo... encerrado en un agujero oscuro y pequeño viendo una pequeña salida en lo alto, y sabiendo todo lo que alli a pasado...
Bueno ahora os contaré como es la capilla de San Pedro in gallicantu, que es donde pasó todo esto, y os pondré una cita biblica que cuenta lo que allí pasó.
Hoy conocida como la Casa del Sumo Sacerdote Caifás, la iglesia está construida en el lugar donde la tradición dice que San Pedro negó a Jesús tres veces antes de que cante el gallo. También conocida como la Iglesia de San Pedro in Gallicantu, esta iglesia Católica se encuentra en la ladera oriental del monte Sión y es dedicada a la negación del Pater. La palabra "Gallicantu" se refiere al canto del gallo
53 Llevaron entonces a Jesús ante el sumo sacerdote, y se juntaron todos los jefes de los sacerdotes, los ancianos y los maestros de la ley. 54 Pedro lo siguió de lejos hasta dentro del patio de la casa del sumo sacerdote, y se quedó sentado con los guardianes del templo, calentándose junto al fuego.
55 Los jefes de los sacerdotes y toda la Junta Suprema buscaban alguna prueba para condenar a muerte a Jesús; pero no la encontraban. 56 Porque aunque muchos presentaban falsos testimonios contra él, se contradecían unos a otros. 57 Algunos se levantaron y lo acusaron falsamente, diciendo:
58 --Nosotros lo hemos oído decir: 'Yo voy a destruir este templo que hicieron los hombres, y en tres días levantaré otro no hecho por los hombres.'
59 Pero ni aun así estaban de acuerdo en lo que decían.
60 Entonces el sumo sacerdote se levantó en medio de todos, y preguntó a Jesús:
--¿No contestas nada?¿Qué es esto que están diciendo contra ti?
61 Pero Jesús se quedó callado, sin contestar nada. El sumo sacerdote volvió a preguntarle:
--¿Eres tú el Mesías, el Hijo del Dios bendito?
62 Jesús le dijo:
--Sí, yo soy. Y ustedes verán al Hijo del hombre sentado a la derecha del Todopoderoso, y viniendo en las nubes del cielo.
63 Entonces el sumo sacerdote se rasgó las ropas en señal de indignación, y dijo:
--¿Qué necesidad tenemos de más testigos? 64 Ustedes lo han oído decir palabras ofensivas contra Dios. ¿Qué les parece?
Todos estuvieron de acuerdo en que era culpable y debía morir.
65 Algunos comenzaron a escupirlo, y a taparle los ojos y golpearlo, diciéndole:
--¡Adivina quién te pegó!
Y los guardianes del templo le pegaron en la cara.
Pedro niega conocer a Jesús
(Mt 26.69-75; Lc 22.56-62; Jn 18.15-18,25-29) 66 Pedro estaba abajo, en el patio. En esto llegó una de las sirvientas del sumo sacerdote; 67 y al ver a Pedro, que se estaba calentando junto al fuego, se quedó mirándolo y le dijo:
--Tú también andabas con Jesús, el de Nazaret.
68 Pedro lo negó, diciendo:
--No lo conozco, ni sé de qué estás hablando.
Y salió fuera, a la entrada. Entonces cantó un gallo. 69 La sirvienta vio otra vez a Pedro y comenzó a decir a los demás:
--Este es uno de ellos.
70 Pero él volvió a negarlo. Poco después, los que estaban allí dijeron de nuevo a Pedro:
--Seguro que tú eres uno de ellos, pues también eres de Galilea.
71 Entonces Pedro comenzó a jurar y perjurar, diciendo:
--¡No conozco a ese hombre de quien ustedes están hablando!
72 En aquel mismo momento cantó el gallo por segunda vez, y Pedro se acordó de que Jesús le había dicho: 'Antes que cante el gallo por segunda vez, me negarás tres veces.' Y se echó a llorar.
55 Los jefes de los sacerdotes y toda la Junta Suprema buscaban alguna prueba para condenar a muerte a Jesús; pero no la encontraban. 56 Porque aunque muchos presentaban falsos testimonios contra él, se contradecían unos a otros. 57 Algunos se levantaron y lo acusaron falsamente, diciendo:
58 --Nosotros lo hemos oído decir: 'Yo voy a destruir este templo que hicieron los hombres, y en tres días levantaré otro no hecho por los hombres.'
59 Pero ni aun así estaban de acuerdo en lo que decían.
60 Entonces el sumo sacerdote se levantó en medio de todos, y preguntó a Jesús:
--¿No contestas nada?¿Qué es esto que están diciendo contra ti?
61 Pero Jesús se quedó callado, sin contestar nada. El sumo sacerdote volvió a preguntarle:
--¿Eres tú el Mesías, el Hijo del Dios bendito?
62 Jesús le dijo:
--Sí, yo soy. Y ustedes verán al Hijo del hombre sentado a la derecha del Todopoderoso, y viniendo en las nubes del cielo.
63 Entonces el sumo sacerdote se rasgó las ropas en señal de indignación, y dijo:
--¿Qué necesidad tenemos de más testigos? 64 Ustedes lo han oído decir palabras ofensivas contra Dios. ¿Qué les parece?
Todos estuvieron de acuerdo en que era culpable y debía morir.
65 Algunos comenzaron a escupirlo, y a taparle los ojos y golpearlo, diciéndole:
--¡Adivina quién te pegó!
Y los guardianes del templo le pegaron en la cara.
Pedro niega conocer a Jesús
(Mt 26.69-75; Lc 22.56-62; Jn 18.15-18,25-29) 66 Pedro estaba abajo, en el patio. En esto llegó una de las sirvientas del sumo sacerdote; 67 y al ver a Pedro, que se estaba calentando junto al fuego, se quedó mirándolo y le dijo:
--Tú también andabas con Jesús, el de Nazaret.
68 Pedro lo negó, diciendo:
--No lo conozco, ni sé de qué estás hablando.
Y salió fuera, a la entrada. Entonces cantó un gallo. 69 La sirvienta vio otra vez a Pedro y comenzó a decir a los demás:
--Este es uno de ellos.
70 Pero él volvió a negarlo. Poco después, los que estaban allí dijeron de nuevo a Pedro:
--Seguro que tú eres uno de ellos, pues también eres de Galilea.
71 Entonces Pedro comenzó a jurar y perjurar, diciendo:
--¡No conozco a ese hombre de quien ustedes están hablando!
72 En aquel mismo momento cantó el gallo por segunda vez, y Pedro se acordó de que Jesús le había dicho: 'Antes que cante el gallo por segunda vez, me negarás tres veces.' Y se echó a llorar.
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